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Papeles Sueltos.

A este cielo nublado
le puse tu nombre,
pues no puedo ver
el cielo que detrás
de las nubes se esconde.

¿y qué me importará a mí?
¿Si encontraste nueva vida,
nueva ruta o camino?
¿Si has descifrado el ruido
en el que tu corazón andaba
dormido?

Todo eso es cosa tuya. Todo.
Mas, es hora de buscarte
a ti, Amor, en toda tu esencia.
Y es en unos ojos marrones,
y en un cabello infinito,
donde encuentro luz entre nubes.

Paz para el condenado.
Para el amante. Para
la amada desaparecida.

Paz para el mundo sumido
en el caos, en el que
ya no importa quiénes
somos, pues somos
demasiados.

Libre al viento quiero
saltar, y soltar amarras
de esta carga...
dura y placentera condena.

Que cargado, me cargo;
cabalgó furioso en una
ruta, llamada celos.

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