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Mi alma, un deseo

Déjame teñir el cielo azul
del blanco celo, que recelan
mis manos. Déjame plañir la
tierra verde, del negro odio
que enturbia mi voz.
Déjame ceñir este telar;
hoy soy esclavo de las Parcas,
y he quemado el destino escrito,
para entretejer mi propia
muerte negra, espesa y oscura.

Pesa en mi alma un deseo...

He estado hablando con Eolo.
Famas me contó sus rumores.

Mi muerte es la eterna esencia;
supervivencia de un recuerdo,
la eterna búsqueda de un cuerpo
efímero...

En el vaivén del tiempo,
tiemblan tambores de guerra.
En el vaivén del tiempo,
solo sobrevive un cuerpo.
Un amor eterno llamado Poesía...