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Tras la Cortina

Encontré tu sonrisa rota sobre la mesita de noche,
y bajo ella, millones de trozos
esparcidos en el suelo... aquellos con los que tropezaste
al bajar de la cama.

Caminaste como cada mañana al servicio,
sin disfrazar tu alma caminabas cabizbaja.
Desayunaste sin levantar la cabeza
de aquella triste taza.

Sentiste libre el desnudo de tu cuerpo;
y al sentir la ropa, creíste arder.

Después de largo tiempo, frente al espejo,
terminaste de disfrazarte. A un solo paso
de la realidad, decidiste salir y dejar la tristeza
escondida... tras la cortina de tu pequeña habitación.
Fugitiva el alma, buscaba un nombre.
Andó por horizontes y verticales,
espirales y transversales.

Buscó por tierra y cielo,
entre personas ajenas,
alma sumida en pena.

Navegó entre todos los mares,
y nada halló.

Mas, cansada de buscar, encontró
un nuevo sueño...

Como la hiedra abraza
al muro, como la raíz
anhela la tierra.
Fugitiva el alma buscó,
la razón de su existencia.