Puedo oírte en los labios prodigiosos,
en algún rincón. Puedo verte en unos
ojos verdes, eléctricos y fluorescentes,
de alguna mirada. Puedo sentirte, escondida
en el rizo de un suave cabello moreno.
Puedo olerte, y es tu perfume, tan cautivador...
Si amanece, y me despierto,
te encuentro en mil sonrisas;
y es el sol tu luz, éste lugar
tu refugio.
Ando tan cerca y tan distante,
me acerco sin buscarte, y allí
apareces, escondida, huidiza,
amedrentada entre tantas.
No te busco Amor porque aún me huyes,
ven a mí, sin miedo, que ando
lleno como el cenicero de éste estudio.
1 comentario :
Ultimo verso extraido del magnifico Tote King, Morir con las botas puestas.
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