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Para subir a los hombros del gigante.

Primero: coja una cuerda, cuelgue en su extremo un cubo mediano, cargue en su interior todo aquello que siempre le han enseñado.

Segundo: apunte a las rodillas del gigante, rodeelo, con toda la fuerza que ya ha demostrado en su existencia, en su día a día.

Tercero: suba por la pantorrilla, ya no necesita todos esos recuerdos que le causaron dolor, deshagase de ellos, son un peso innecesario para su hazaña.

Cuarto: siga subiendo por el torso, así no podrá verle. Esconda sus ojos en cualquier oscuro cuchitril... algunos ya tienen experiencia en esto.

Quinto: Prosiga por su cuello, y mantengase alerta en sus manos, escupa todos los miedos que le mostraron a la oscuridad, pues sólo es la ausencia de luz, y ésta la creación del color...

Sexto: Suba a su hombro, y cante la canción que amenazó su vida.

Séptimo: Acabe con el gigante...

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